Un orgullo excesivo, mal gestionado, mata cualquier relación y no sirve para nada. Abracemos la vulnerabilidad, la sencillez, desprendámonos de la coraza y volvamos a nuestra esencia. Que el miedo no pueda contigo, conmigo. Trabájalo, déjale tan sólo el espacio que debe ocupar.
Eso sÃ, si en alguna ocasión encuentras un león hambriento en tu lento caminar, corre como si fueras gacela, no abraces al felino, no es un gato. OlvÃdate del párrafo anterior y vuela. No intentes dialogar con él, tiene hambre y una cabeza muy gorda. Tú eliges!!!
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